En el sitio del atentado en Oslo se puede ver una parada de autobús que ya no está operativa, junto con la cristalera de notificaciones rota por la onda expansiva de la bomba. En ella, se pueden leer los periódicos de esa mañana: el 22 de julio de 2011.
Todavía era bastante pronto, así que aprovechando que teníamos el Oslo Pass, pues nos hemos ido a visitar el último museo que nos interesaba y que entre una cosa y otra lo habíamos dejado de lado: el museo del holocausto. Está en Bygdøy también, pero un poco más alejado que los demás. El museo es en un palacete con muchas salas, donde puedes ver objetos y muchos paneles relacionados con el holocausto. Te cuenta como vivieron la época nazi los judíos noruegos y el comportamiento nazi hacía los noruegos en general.
Hemos vuelto para el centro, últimas vueltillas por ahí y a cenar al hostal. Hoy no teníamos opción de usar la cocina, ya que hemos entregado las llaves por la mañana. Nos hemos decidido por comprar un Subway e ir a los sofás del hall a cenar. Una sabía decisión antes de ir hacia la estación de trenes para volver a casa.
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