lunes, 14 de abril de 2014

Primer día de turisteo en Oslo II


La mayoría de museos cierran sobre las cuatro de la tarde por estas fechas, por lo que ahora ya solo nos quedaba visitar cosas al aire libre. Lo primero que hemos hecho y que nos pillaba de camino ha sido uno de los símbolos de Oslo: la ópera.


La verdad es que es muy bonita tanto por fuera como por dentro. Además, puedes subir a la parte de arriba y ver parte de la ciudad y las islas que la rodean. Aprovechando que sale el sol y los noruegos son como los caracoles, la cristalera estaba llena de gente, no hemos sido menos y nos hemos tumbado un ratillo, que las piernas lo necesitaban.


 






Lo último que hemos visitado ha sido el parque Eckeberg donde hay esculturas esparcidas por ahí. No está mal, pero si no tenéis muchos días tampoco os perderíais gran cosa, a no ser que os guste el arte moderno o contemporáneo.


Después de un largo día, no hay como llegar al hostal, una duchita, cena y tumbarse en la cama. Eso sí, el día todavía no había terminado. Para acabar este ajetreado día, habíamos pensado ir al “Ice-bar”, pero justo hoy una pareja lo había reservado para las fotos de su boda. Media vuelta para comprar un chocolatito caliente con un bollo en un Narvesen (25nok-unos 3 euros) mientras hemos dado una vueltilla por la ciudad de noche.

Definitivamente Oslo gana de noche.

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