¡¡Por
fin!! Después de meses esperando ha llegado el día: Bergen se ha
despertado blanco. :)
Normalmente,
suelo mirar la página del tiempo todos los días, para hacerme una
idea del frio que me voy a encontrar al día siguiente y también si
tengo que llevar paraguas o no. Consejo importante: ponga lo que
ponga, el paraguas siempre en la mochila.
Volviendo
al tema, ayer ponía que iba a nevar, así que me he metido en la
cama con una sonrisa de oreja a oreja :P
Al
levantarme, lo primero que he hecho ha sido ir a la ventana y mirar
por ella, para comprobar como, que aunque en poca cantidad, el suelo
y los árboles ya estaban volviéndose blancos.
A
medida que pasaba la mañana, la nieve era más fuerte para mi
alegría, así que para cuando me ha tocado ir a noruego, todo estaba
absolutamente blanco, absolutamente bonito. ;)
Desde
la salida de Fantoft hasta la parada del Bybanen, no hay más de dos
minutos. Pues bien, he acabado totalmente calado, de arriba abajo.
Tengo que admitir, que el paraguas lo tenía en la mochila, pero me
apetecía mucho que me cayera la nieve encima. Por sorprendente que
parezca, no había visto nevar con tanta intensidad como hoy en la
vida.
Viviendo
en el norte, y con tanto monte, etc., se supone que la nieve me tiene
que ser muy familiar. Bueno, pues no. No tengo ni pajolera idea de
ponerme un esquí, y muchos menos de esquiar como habréis deducido.
Aquí
os dejo un reportaje de algunas fotos que he sacado, y alguna otra
que me ha gustado que he encontrado por el Facebook. Espero poder
dedicar más post a la nieve en el futuro. :)