Se supone que el trayecto que une Oslo y Bergen es uno de los más bonitos que se pueden hacer en noruega junto al del tren de Flam. Cumple las expectativas, por lo menos en mi opinión. Además, he tenido la sensación de pasar por las cuatro estaciones del año en las seis horas y media trayecto. Me explico.
A medida que vas pasando pueblos van apareciendo distintos paisajes, cada cual más bonito que el anterior. Pasas del verde de las montañas al tono marrón de tierras secas y con poca agua, pasando por preciosos paisajes nevados. Además, no olvidemos que estando en uno de los países más bonitos del mundo, los fiordos y las cascadas no faltan.
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