Aprovechando que Angie tenía tres
amigas de visita, esta mañana hemos recibido un mensaje privado en
el Facebook, donde nos ofrecía cenar esta noche un fondue. Por
supuesto, en cuanto lo he leído me animado sin dudarlo,
principalmente por dos razones: la primera es que en mi vida he hecho
una fondue (y original pues menos), y la segunda es que no hay que
hacer cena. :)
Aunque les hemos ofrecido ayuda, al
final hemos cenado a mesa puesta. Aunque en nuestra cocina puedes
encontrar prácticamente de todo, no tenemos cuencos de fondue, así
que, el queso estaba en dos cazuelas, una para cada mesa. También
han cocido patatas.
El proceso no tiene ningún misterio la
verdad, es coger un trozo de pan y meterlo en el queso caliente. Lo
importante es no perder tu pan una vez que está dentro del cuenco de
queso, porque si no puedes montar un buen submarino. Para la patata,
en vez de meterla dentro, pues coges el queso con el tenedor y la
untas.
Parece que no llena, porque son cuatro
panes mal puestos, pero yo he acabado hinchado. Después de cenar,
hemos jugado a un juego bastante raro la verdad: “Black Stories”.
Es un juego, en el que alguien coge una carta del montón, y te lee
el final de la historia de un asesinato. Tienes que ir reconstruyendo
el asesinato hasta que rehaces la historia. No ha estado mal.
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